martes, 29 de marzo de 2016

¿Qué había pasado?

Volví a mi estado pueril y de mi mente surgió esta curiosa criatura, arrinconada buscando algo; no se si quería comida o un poco de afecto. Al final del día conseguí hacerlo un prisionero en un pedazo de papel. Auxiliado por unas crayolas la "cacería gráfica" tuvo éxito, la criatura ahora descansa en su nuevo medio. No se si nació durante mi infancia o vivió escondido en lo más recóndito de mi psique y hasta ahora fue lo suficientemente valiente para consultarme sobre transferencia hacia lo tangible. Pero de algo estoy seguro, este pequeñuelo me dará ideas sobre como un monstruo nace de la mente más cándida. Crayolas de cera sobre papel.

Custodiando mi existencia

Pasan los días protegiendo cada molécula de su ser, que no se altere ningún segundo de su patética y predecible agenda. Decidieron vivir ocultos en las tinieblas, esperando a que alguien recurra a su asistencia. Lo cual es muy difícil de esperar, ningún ser humano desearía ser visto junto a uno de estos "monstruos" intelectuales. Algunos han entablado conversaciones con ellos y han logrado comprender la razón de su comportamiento tan huraño: aprendieron a atesorar su existencia por medio de la soledad. Tinta y rotulador sobre papel.

Remozando al predador

Tras millones de años de continuar con el ritual de la cacería, tanto los predadores como las presas han evolucionado. Desarrollaron y perfeccionaron sus técnicas de cacería; de igual manera se han visto en la necesidad de proteger al máximo su integridad somática. En el hábitad moderno, no solo basta con proteger tu territorio, el entorno psico-emocional es blanco fácil para los seres que destruyen sueños y metas, su voracidad es despiadada. Una armadura moderna nos garantizará un flujo inequívoco. Bolígrafo y tinta china sobre papel.

miércoles, 23 de marzo de 2016

¿Sobra materia?

Este individuo pregunta si podrá sobrevivir el invierno con la escasa ropa que cubre su piel. Pero que al menos se asegure de poseer suficiente tejido adiposo para mantener al menos un poco de energía para mantener la temperatura. Cubierta de bufandas y cobijas viejas, da una visión terrible de una condición dérmica enfermiza. Ni el sol ni la lluvia pueden hacer algo por ella. Tinta china y bolígrafo sobre papel.

Ramificación

Así como las ramas de un árbol crecen de manera fortuita, podemos darnos el lujo de que nuestras ideas y pensamientos se eleven, incluso que se materialicen fuera de nuestro cráneo. Este ser ha cultivado su intelecto de una manera tan aguda, que su composición material inició un proceso de reintegración con la fuente que lo nutrió con calorías y sabiduría; seguirá nutriendo a futuras mentes hambrientas de progreso. Bolígrafo y tinta china sobre papel.