Con un encanto único y un apetito voraz. Una verdadera guerrera defensora del reino vegetal, la catarina o mariquita como también se le conoce; custodia los tallos y brotes devorando áfidos y pulgones. Esperando posarse sobre la mano o cabello de alguien para darle un mensaje esperanzador y ofrecernos un recuerdo de que este insecto merece el valor social que adquirió. Lápiz sobre papel.
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